
La expectativa de vida ha aumentado significativamente gracias a los avances médicos, mejores condiciones de vida, educación sanitaria y políticas públicas eficaces. Hoy, la expectativa de vida global promedio es de 72 años y en los países desarrollados supera los 80 años. Con más años por vivir, surge el reto de mantener la calidad de vida y la independencia funcional, es decir, la capacidad de realizar actividades diarias de manera autónoma. Para ello, es clave el concepto de capital de salud.
Según el economista Michael Grossman, nacemos con un capital inicial de salud heredado de nuestros padres, influenciado por la genética y la nutrición, desde el vientre materno. Este capital disminuye con la edad, el estilo de vida y la falta de cuidados, pero puede aumentar con inversiones que hagamos en nuestra salud.
¿Cómo se relaciona la independencia funcional con las inversiones en salud?
Una persona que nació con buen capital de salud, recibió buena educación, tuvo ingresos suficientes, acceso a asistencia médica y mantuvo un estilo de vida saludable, disfrutará de una buena reserva de salud, viviendo de manera independiente hasta un momento cercano a su muerte. Por otro lado, quienes no invierten adecuadamente en su salud, sufrirán una reducción más acelerada de su capital de salud y cruzarán el umbral de incapacidad mucho antes de la muerte, viviendo sus últimos años con dependencia física. Este desenlace es común debido a deficiencias en educación, ingresos, estilos de vida y cuidados de salud.
¿Cómo puedes aumentar tu capital en salud?
- Capital social: Busca el desarrollo de habilidades y crecimiento profesional. La salud y la longevidad están ligadas a la situación socioeconómica y al control que tenemos sobre nuestra vida.
- Capital psicológico: Fortalece tu autoestima a través de la autoaceptación y el crecimiento personal; toma decisiones que favorezcan tu bienestar a largo plazo, postergando el placer inmediato cuando sea necesario. La autoestima, adoptar hábitos saludables, la resiliencia y tomar decisiones que favorecen el bienestar a largo plazo, son cruciales.
- Capital biológico: Ejercítate regularmente, refuerza tu sistema inmunológico con una dieta rica en frutas y verduras y asegurándote de descansar lo suficiente. Mantener una buena capacidad cardiorrespiratoria, un sistema inmunológico fuerte, un peso saludable, una presión arterial normal y buena fuerza muscular, son inversiones esenciales para la salud.
En conclusión, la expectativa de vida no solo se trata de vivir más años, sino de vivirlos con plenitud. En ese sentido, invertir en nuestra salud desde una edad temprana y a lo largo de toda la vida, es crucial para mantener la capacidad funcional y la calidad de vida.
Agradecimientos y referencias
Esta entrada se construyó con base en el documento «Capital de salud, expansión y compresión de la morbilidad» de Renato Maia Guimaraes, transcripción de una conferencia del XII Congreso Chileno de Geriatría y Gerontología, realizado en Santiago de Chile en agosto de 2008. Agradezco la información detallada proporcionada por el autor, que ha sido fundamental para la elaboración de este contenido.
Referencia
Maia R. (2009). Capital de salud, expansión y compresión de la morbilidad. Medware, 9(8) doi: 10.5867/medware.2009.08.4070